Pan Diario
Cita del Día
16 de Noviembre del 2024
Génesis 1:26-28
26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Una Exposición de las Siete Edades de la Iglesia - 5 - La Edad de la Iglesia de Pérgamo Hermano Branham, 07 de Diciembre del 1960
Una noche, mientras buscaba al Señor, el Espíritu Santo me dijo que tomara mi pluma y escribiera. Cuando tomé la pluma para escribir, Su Espíritu me dio un mensaje para la iglesia. Quiero traérselos. Tiene que ver con la Palabra y la Novia.
Esto es lo que intento decirles. La ley de la reproducción establece que cada especie produce según su propio género, como dice Génesis 1:11:
"Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla, árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así." La vida que estaba en la semilla pasó a una planta y luego al fruto. La misma ley se aplica a la iglesia hoy. La semilla que inició la iglesia será la misma que producirá una iglesia como la semilla original, porque es la misma semilla. En estos últimos días, la verdadera Iglesia Novia (la semilla de Cristo) llegará a la Piedra Angular, y será la super iglesia, una super raza, al acercarse a Él. Los que están en la Novia serán tan semejantes a Él que incluso estarán en Su misma imagen. Esto es para ser unidos con Él. Serán uno. Serán la misma manifestación de la Palabra del Dios viviente. Las denominaciones no pueden producir esto (semilla incorrecta). Producirán sus credos y dogmas, mezclados con la Palabra. Esta mezcla genera un producto híbrido.
El primer hijo (Adán) fue la semilla-palabra hablada de Dios. A él se le dio una novia para reproducirse. Esa fue la razón por la que se le dio una novia: para reproducirse, para producir otro hijo de Dios. Pero ella cayó. Cayó por la hibridación. Hizo que él muriera. El segundo Hijo (Jesús), también una Semilla-Palabra hablada de Dios, recibió una novia como Adán. Pero antes de que pudiera casarse con ella, ella también había caído. Ella, al igual que la esposa de Adán, fue puesta a prueba para ver si creería la Palabra de Dios y viviría, o dudaría de la Palabra y moriría. Ella dudó. Abandonó la Palabra. Murió.
De un pequeño grupo de la verdadera semilla de la Palabra, Dios presentará a Cristo una novia amada. Ella es una virgen de Su Palabra. Es virgen porque no conoce credos ni dogmas hechos por el hombre. A través de los miembros de la novia se cumplirá todo lo que Dios prometió manifestar en la virgen. La palabra de promesa vino a la virgen María. Pero esa palabra de promesa era Él mismo manifestándose. Dios fue manifestado. Él mismo actuó en ese momento y cumplió Su propia palabra de promesa en la virgen. Fue un ángel quien le trajo el mensaje. Pero el mensaje del ángel era la Palabra de Dios. Isaías 9:6. En ese momento, Él cumplió todo lo que estaba escrito acerca de Él porque ella aceptó Su Palabra para ella.
(...) Noten la armonía entre el Padre y el Hijo. Jesús nunca hizo nada hasta que el Padre se lo mostró primero. Juan 5:19. Esta armonía debe existir ahora entre el Novio y Su novia. Él le muestra Su Palabra de vida. Ella la recibe. Nunca la duda. Por lo tanto, nada puede dañarla, ni siquiera la muerte. Porque si la semilla está plantada, el agua la levantará de nuevo. Este es el secreto. La Palabra está en la novia (como lo estuvo en María). La novia tiene la mente de Cristo porque sabe lo que Él quiere que haga con la Palabra. Ella cumple el mandato de la Palabra en Su nombre porque tiene el "así dice el Señor." Entonces, la Palabra es vivificada por el Espíritu y se cumple. Como una semilla plantada y regada, llega a la cosecha completa, cumpliendo su propósito.